El rey Carlos III cumple hoy 75 años y lo celebró con el lanzamiento de una iniciativa destinada a combatir la pobreza alimentaria, un problema creciente en el Reino Unido.
«La necesidad de alimentos es tan real y urgente como el desperdicio de alimentos» declaró el monarca, que lleva 14 meses en el trono, en un artículo para la revista local Big Issue.
Su proyecto busca establecer centros de distribución para conectar el excedente de alimentos con bancos de alimentos y otras organizaciones benéficas.
El objetivo es abordar el problema del creciente número de personas que no pueden permitirse comprar alimentos, mientras se desperdician millones de toneladas.
«Una de cada cinco personas en este país sufre lo que las organizaciones benéficas llaman ‘inseguridad alimentaria’; para mí, tienen hambre», declaró la baronesa Louise Casey, copresidenta del proyecto, según consignó la cadena local BBC.
El cumpleaños del rey estará marcado además por una recepción en honor a enfermeras y parteras del NHS, el sistema de salud pública, en busca de reflejar un enfoque más centrado en el servicio público que en celebraciones ostentosas.
El soberano se ha mostrado muy presente en este tiempo, como demuestran sus recientes viajes oficiales a Francia o Kenia y sus actividades en la lucha contra la pobreza o defensa de la naturaleza.
En su reciente visita a Kenia tuvo que hacer frente en el país africano al pasado colonialista británico, para días después cumplir con su principal papel constitucional, abriendo la sesión parlamentaria británica.
Y ahora se apresta a viajar a principios de diciembre a la conferencia sobre el clima de la COP28.
Anoche Carlos III, ahora el sexto monarca británico más longevo, compartió las celebraciones de su cumpleaños con otros ciudadanos de su edad en una recepción en su residencia del suroeste de Inglaterra.
El príncipe Harry, actualmente residente en Estados Unidos, no asistirá a las festividades, pero se espera que haga una llamada telefónica de cumpleaños a su padre, lo que podría interpretarse como un gesto de reconciliación.
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